jueves, junio 30, 2005

 

Promesa fallida

Solo el maletín y una mancha roja sobre el suelo. Espanto... - ¿Dónde?!!! -. Todos los perros del barrio ladraban. El mundo apareció de pronto y se le vino encima como fiera hambrienta. Comenzó a tiritar sin control, guardó el revólver en el bolsillo, giró y caminó rápido hacia la avenida... no pudo dejar de mirar atrás... - ¿Qué pasó?!!! -. Intentó correr pero solo pudo lograr un pesado trote, el corazón palpitando en sus oídos. Sintió ventanas cerrarse a su paso y alcanzó a ver como el conserje del edificio volaba hacia adentro. - ¡¡Va a llamar a los pacos!!... ¿ y si me lo hecho?... ella debe estar arriba.... - .Intentó apurar el trote, recordó que las llaves habían quedado sobre el velador, no podía volver a su departamento. Al doblar la esquina el universo dejó de atacarlo y lo acogió. Le vino bien todo ese tráfico, la gente apurada por llegar a la oficina, las micros llenas, las bocinas, era extraño que semejante caos pudiera resultarle tan cómodo a un hombre silencioso, quitado de bulla, que prefería estar abrazado con su esposa viendo una película tirados en la cama, o bien tomando una copa de vino con su único amigo en el comedor antes que cualquier fiesta, pub o restoran lleno de gente y ruido. Buscó en su bolsillo, palpó el revólver, más abajo había monedas, sintió dolor, optó por detenerse, encontró su imagen reflejada en las ventanas de un café, blanco, despeinado. Entró y se desplomó en una silla, como un desparramo humano, un ser desmembrado, le pareció que jamás podría volver a levantarse. Contó las monedas, pidió un café grande, se cubrió el rostro con las manos e intentó repasar todo lo ocurrido, el dato, la rabia enceguecedora al descubrirlos, sus manos trabadas, el cuchillo, la posta, las preguntas del paco... las horribles noches en que una y mil veces volvió a ver los senos de su mujer estrujados por otra manos, no las suyas y el contoneo caliente de su mejor amigo sobre ella.Volvió a supurar el corte, la fiebre le regaló otro escalofrío, recordó paso a paso los últimos diez minutos y su perturbado cerebro tuvo al fin la certeza que solo el maletín había quedado allí, con una mancha roja como premio de consuelo.
- Ahora me toca - dijo.... y se largó a reír.

martes, junio 28, 2005

 

Promesa cumplida

El sol de amanecida es solo un tinte rosa tras la cordillera, como una inflamación en el cielo. Los puntos están supurando y la fiebre le infectó además el pensamiento. Casi tres horas lo esperó frente a la salida del edificio, a vista y paciencia de todo el que quisiera mirarlo. Tembloroso, pálido, contraído por el dolor y la rabia, juraba una y mil veces... prometía..... pedía perdón. Siempre fué un hombre de palabra y no era necsario recordarlo tan literalmente, simplemente era así, con ella en su cama o en la de su amigo. No hubo rodeos de película, cuando lo vió salir, como a las siete, cruzó la calle y a medida que se le acercaba por la espalda comenzó a sacarle la madre, a preguntarle por qué le había dado con ella, qué había pasado con los años de amistad. Subió el tono de voz y a quince o veinte metros de distancia fué escuchado. Media vuelta, una mirada tangente... ojos desorbitados.... carrera. A medida que intentaba correr, incomodado por el abrigo, sin soltar el maletín, un gemido empezó a salir de su garganta, como el de un perro, un animal desesperado, un ruido sin palabra, una agonía ambulante. Se movía más de lo que avanzaba, parecía que el choque de sus rodillas le impedía lograr velocidad.... gemía más fuerte.
Sin fuerzas ni ánimo para correr tras él, optó por detenerse. Dejó de insultarlo mientras levantaba el brazo y cerraba un ojo, el estallido seco le tapó los oídos, por unos segundos todo fué silencio.

lunes, junio 20, 2005

 

Promesa

Sin más tiró la toalla y se miró al espejo. Por un instante quiso llorar pero logró deshacer y tragar el nudo en su garganta. Frunció el ceño, apretó los dientes, bajó la mirada. En su vientre, de norte a sur, cuarenta y tres puntos se sucedían como una hilera de testigos hinchados y aún sanguinolentos que, con su escozor, parecían gritar que esto no se quedaría así.... Escozor que llevó el mensaje a sus oídos, que aceleró el corazón y tensó las manos que intentaron triturar el lavamanos. palideció, los ojos comenzaron a desorbitarse y una vena se tatuó en su frente, como imitando la forma del fenomenal corte que su mejor amigo le había regalado, buscando su muerte, quitándole a su hembra, plasmando en su aura la verguenza. ¡Gorreado, tajeado, abandonado!..... Vencido y fracasado caminó despacio hacia la cama, se tendió con cuidado, muecas de dolor se dibujaban con cada movimiento. Mirar el vuelo herrático de na mosca fué lo único que lo distrajo el resto de la tarde, al anochecer... nada, solo la pesadilla quese repitió una y mil veces entre quejidos y promesas.
Dos y media de la quinta noche, el insomnio y el dolor han nublado toda posibilidad de razonamiento... toda instancia de solución, toda probabilidad de salir de allí con la frente en alto antes de mil años. Dos o tres puntos han tomado un color amarillento y se han vuelto especialmente sensibles.... No hay perdón, no hay calma, solo dolor, jaqueca, quizás algo de fiebre y promesas.... muchas promesas.
Tuvo y tiene muchas cosas malas, pero es un hombre de palabra. Se incorpora con dificultad, camina despacio al baño, luego su chaqueta, murmura cosas.... cosas. En el cajón, Smith & Wesson, calibre 32 corto. Al salir, las llaves del departamento han quedado sobre el velador, lo sabe.... ya no importa.

jueves, junio 09, 2005

 

La víctima de la emboscada.

Por un segundo he abierto los ojos... sonrío, todo sigue aquí... en mi. Tu respiración sobre mi cuello, el sabor salado de tus brazos, el abrigo de tu pecho, la sábana húmeda... Al cerrar los ojos acariciabas mi espalda, mirabas mi cuerpo.
Como otras veces la flor, el poema en la servilleta, el llamado de media tarde, la noche de hoy ha traído una sorpresa más a mis días junto a ti, la experiencia de ser la presa, alimento y premio.
- Solo por hoy -.... me decías con voz entrecortada, mientras caías desnudo sobre mi espalda y tus manos tensas buscaban mis senos.
- No hay aire entre los dos -, te oí musitar antes de sentir tu lengua entre mis dientes y perder el aliento bajo tu peso.
Luego dijiste más, lamiste y mordiste ávido, sin piedad alguna y rodé por el piso y atacaste mi garganta y clavé mis garras púrpura en tu espalda de acero y terminé presa entre la pared y tu cuerpo que embistió.... y me liberó... y embistió con más fuerza.... y me liberó.....
Solo por hoy no hubo saludos ni tragos y estallé bajo la ropa hasta destrozarla para convertirme en tu cacería, henchida de tu sabia, susurrante presa que cayó muerta, impregnada de ti.
La antropofagia del amor.... yo me entrego enamorada, tu.... me adoras y me anhelas en silencio.
Al cerrar los ojos acariciabas mi espalda, mirabas mis ángulos, mis lomas húmedas, satisfechas, cansadas...

lunes, junio 06, 2005

 

Emboscada.

Te observo, en silencio como siempre, imperceptible. Te miro y admiro en lo bello de tus ángulos, en lo tibio de tus lomas, en lo franco de tus ojos.... tus dientes... la lengua entre ellos cuando sonríes buscando una respuesta febril. Oídos sordos a los dichos altaneros, solo por hoy, mientras te busqué, acechando desde lo alto y a favor del sol para cegarte, para caer de pronto como una silueta sobre ti, sin miramientos ni piedad. Así lo quieres a veces, así se nubla tu mirada y se entrecorta tu voz con tono gutural bajo mi peso. Mis manos odian tu ropa, solo por hoy, mientras desgarré el trabajo de las hilanderas y el algodón sufrió una segunda muerte. No hay palabras en la boca, no hay aire entre los dos, de este modo lo has querido, de esta forma me tienes. Evitamos los saludos, tragos y preguntas, solo por hoy, mientras apalstamos el universo al rodar y tus manos sucias dejaron su huella en la pared, mientras tus muslos fueron el cristal de la copa en que miro las piernas del vino, mientras fuiste jinete ausente que gemía al cielo, mientras me vestí con tu piel y mordí tu garganta, mientras arañaste mi espalda... La ciudad se fué a la mierda y nos quedamos los dos, resoplando, contando las gotas en los rostros, mordiéndo nuestro lóbulos...
Ahora te observo, en silencio como siempre... duermes, te miro y admiro en lo bello de tus ángulos, en lo tibio de tus lomas húmedas, satisfechas, cansadas.

jueves, junio 02, 2005

 

Pálido y escondido

Es el día.. y no porque esté nublado, nada tiene que ver la lluvia. Hoy tuve un fracaso, de esos pequeños que ocurren a cada rato, segundos infames que desatan reflexiones amargas, que desfiguran la cara y quitan las ganas. Mañana será otro día, por eso me doy el lujo de sufrir hoy, porque si no lo hago... pues no aprendo. Filosofía correcta, Filosofía madura, Filosofía admirable... ¿Hasta cuando?, ¿Hasta que tenga un día de furia tipo Michael Douglas?, ¿Hasta que me encadene a una estatua pa´ver si llega un periodista y salgo en la tele?. Hoy amanecí con esperanza y listo para el futuro pero... tuve un fracaso, de esos pequeños que ocurren a cada rato y, siendo media tarde, estoy pálido y escondido, rendido por un instante,mirando pasar el día, esperando que mis nudillos se desinflamen, para golpear otro millar de puertas... trabajo... trabajo.

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