martes, julio 26, 2005

 

Espacios.

La casa de antaño es solo una más, esa donde me crié y donde comenzó el espanto; La segunda era entretenida, como un laberinto con un patio luminoso y una terraza de baldosas rojas... pero ahí tocamos fondo. La tercera es la más discreta; Está en un pasaje ciego, es pareada, apretadita y con un patiecillo de juguete. Sin embargo el arribo a esa casa marcó el retorno a la calma, un camino lento, que dejó huellas tristes y soledades que serán, curiosamente, compañía de por vida... aún así logramos vislumbrar un futuro, que se ha ido acercando con una sonrisa que está lejana, pero visible. Al final, el hogar lo hicieron las personas y algunas de sus cosas, esas que siempre estuvieron y estarán. Las hortensias, el ibisco y la palmera que viajaron de un jardín en otro, resistiendo estoicos cada transplante brutal. El escritorio, la mesa de centro tipo frailera de los 70... la alfombra que nos vendió don David y las fotos de matrimonio de los viejitos. Por eso en estos lares no tengo un lugar físico para compartir, una casa vieja, una calle o alguna ruina donde llevar a los que serán mis hijos y llorar mientras juegan sobre los restos de algo muy querido. Tengo a las personas, tengo las voces y los olores; Tengo los abrazos y la memoria, tengo la risa... sus risas.
El lugar.... mi lugar, está lejos de mi ciudad, luego les comento...

miércoles, julio 20, 2005

 

Volver...

A ver... espérate un poquito. ¿Cómo empezó esta cuestión?.... ¿De qué forma llegué a este momento?. No tengo un espejo a mano pero diría que soy el mismo de siempre, que todo sigue igual... ¿Igual a qué?. Hasta hace unos días soñaba y escribía mientras buscaba trabajo, varios meses de cesantía me tienen angustiado y mi señora...
Otra vez... ¿Dónde partí?... ¡ah ya!, la última vez quise compartir con todos mis eternas ganas de ser escritor, pero no estaba aquí... Debería estar en casa pero hace rato que busco en mis bolsillos y no encuentro las llaves, voy a tener que llamar a mi...
La amo como no recuerdo haberlo hecho, tampoco estoy seguro de otro par de cosas bastante más recientes. ¿Qué pasa?...
Una vez más... Estaba escribiendo un cuento que se me alargó y tuve que seguir y seguir. Quería terminar pero las cosas... que no sé como llamarlas, empezaron a sucederse en la pantalla, a salirse de control y... "Promesa" se llamaba el relato, pero la palabra se repitió varias veces y me llegaron comentarios...
La cesantía casi enloquece a mi padre, justo a tiempo logró encontar una pega, yo al menos tengo mi blog y a mi se... ¿Con quién fué que la vi?... ´tas me está fallando la memoria. Ni siquiera sé como llegué a este cine ni donde están las llaves de mi casa.... me duele la guata.... ´ta rica la mina, parece que la película es porno.

jueves, julio 14, 2005

 

Nota al margen.

Antes de volver al cine soñaré un poco. Hoy, quiero imaginar que me pagan por escribir.....
¿Qué quieres tú?.

jueves, julio 07, 2005

 

Después de fallar la promesa.

Cuando salió del café estaba más calmado, había pasado algunos minutos dormitando acodado sobre la mesa, dejando pasar los segundos, decantando. Caminó por la Avenida, al llegar a Manuel Montt entró en la farmacia; Alcohol, gasa, tela adhesiva y un paquete de algodón, salió rápido y atravesó por entre los buses en dirección al río, el dolor crecía en su vientre cada vez que intentaba apurar el paso. Cruzar la Costanera fué un suplicio, cientos de autos intentaban llegar al centro lo más rápido posible bajando a toda velocidad, unos pegados a otros, apurándose y ametrallando con sus bocinas histéricas a quién osara virar, cambiar de pista o simplemente disminuír la velocidad. Debió trotar para alcanzar la vereda del parque y sintió como uno de los puntos en la herida reventaba , dejando escapar un líquido y tibio, se miró la camisa humedecida y no vió sangre... de seguro el corte estaba supurando, el sudor volvió a su frente.
Avanzó por el césped y bajó hacia el río, miró a todos lados, solo un un hombre se alejaba trotando a un par de cuadras de distancia. Sacó rápidamente el arma del bolsillo y la arrojó a la corriente chocolatada del Mapocho, sin titubear dió media vuelta y comenzó a caminar hacia el poniente, con la mirada en el suelo, como queriendo esconder la cabeza, deseando ser invisible.
Por el Forestal llegó al museo y desde allí se fué internando en el centro, estaba mareado mas intentaba no pensar en nada, no prestarse atención, con la vista fija en el suelo, en los pies que se le acercaban y pasaban por su lado, con un pánico extraño de ver que algún par de esos zapatos se detuviera frente a él, que fuera el maldito que se le había escapado... quizás ella, o un paco... o cualquiera ¡Quién sabe!, el miedo y la fiebre y el dolor son alucinógenos de temer. Caminó por San Antonio y a pocas cuadras de la Alameda se internó en una galería... la misma donde se escapaban con su compadre, a ver películas porno en el cine 3x1. Se acercó a la ventanilla y sin mirar a la cajera pagó su entrada. Buscó a tientas en la oscuridad el asiento de más atrás., el mismo olor a sudor y sexo de siempre, un borracho en primera fila, dos o tres junior escapados de la oficina, un jubilado y más atrás una figura femenina que no distinguió en detalle. Se acomodó despacio, en pantalla, una rubia madura, de labios gruesos, ojos maquilladísimos y costillas a la vista ofrecía un saliboso y sonoro fellatio a su coestrella, un tipo latino, musculoso, con cara de "nada". Con cuidado de no hacer ruido sacó de la bolsa un trozo de algodón y lo empapó con alcohol, levantó con cuidado su camisa, en la penumbra pudo observar como su herida, pulcramente suturada, se había convertido en una masa brillante, que palpitaba y parecía lista para estallar; En un extremo, tal como lo había sentido en el parque, uno de los puntos había cedido y una inmensa gota blanquecina asomaba endurecida por la espera. Intentó tocarse, dolió, estaba caliente... Esperó unos momentos, la rubia.... que no era tal, estaba de rodillas y junto al latino realizaban una demostración perfecta del tradicional doggy style, esperó un poco más, el final de la esena se acercaba, los "contrincantes" comenzaron a gemir más fuerte. partió el algodón en dos y con un pedazo en cada mano empezó, de afuera hacia adentro, a apretar la herida.
- Un primer plano al rostro de la rubia, que con la boca muy abierta gemía acompasadamente. -
La costra blanquecina cedió y una nueva comenzó a aparecer... se mordió los labios...
- El latino comenzó a emitir un sonido gutural mientras miraba hacia arriba y fruncía el ceño, apurando sus embestidas.-
El dolor le llenó los ojos de lágrimas, comenzó a sentir náuseas pero, hombre decidido, siguió apretando....
- Close up genital, un ritmo endemoniado, gemidos vestidos de gruñido. -
De pronto, en la cúspide del dolor y perdido entre los gritos sexuales en pantalla, un grito ahogado y el estallido de un segundo punto en la herida dieron rienda suelta a una interminable supuración espesa, horrible, abundante y tibia, que saltó hasta manchar el respaldo de la butaca anterior, que ensució sus pantalones y quedó en su ombligo como huella viscosa de un dolor que contrajo los dedos de sus pies, que apretó los dientes contra sus labios hasta hacerlos sangrar y que empapó en sudor, una vez más, toda su espalda.
En la pantalla, un orgasmo torrentoso había dado paso a abrazos desabridos y besos simulados, la rubia, había prendido un cigarro.

domingo, julio 03, 2005

 

Rima XXI

¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul:
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía... eres tú.




Gustavo Adolfo Bécquer.

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