jueves, julio 07, 2005

 

Después de fallar la promesa.

Cuando salió del café estaba más calmado, había pasado algunos minutos dormitando acodado sobre la mesa, dejando pasar los segundos, decantando. Caminó por la Avenida, al llegar a Manuel Montt entró en la farmacia; Alcohol, gasa, tela adhesiva y un paquete de algodón, salió rápido y atravesó por entre los buses en dirección al río, el dolor crecía en su vientre cada vez que intentaba apurar el paso. Cruzar la Costanera fué un suplicio, cientos de autos intentaban llegar al centro lo más rápido posible bajando a toda velocidad, unos pegados a otros, apurándose y ametrallando con sus bocinas histéricas a quién osara virar, cambiar de pista o simplemente disminuír la velocidad. Debió trotar para alcanzar la vereda del parque y sintió como uno de los puntos en la herida reventaba , dejando escapar un líquido y tibio, se miró la camisa humedecida y no vió sangre... de seguro el corte estaba supurando, el sudor volvió a su frente.
Avanzó por el césped y bajó hacia el río, miró a todos lados, solo un un hombre se alejaba trotando a un par de cuadras de distancia. Sacó rápidamente el arma del bolsillo y la arrojó a la corriente chocolatada del Mapocho, sin titubear dió media vuelta y comenzó a caminar hacia el poniente, con la mirada en el suelo, como queriendo esconder la cabeza, deseando ser invisible.
Por el Forestal llegó al museo y desde allí se fué internando en el centro, estaba mareado mas intentaba no pensar en nada, no prestarse atención, con la vista fija en el suelo, en los pies que se le acercaban y pasaban por su lado, con un pánico extraño de ver que algún par de esos zapatos se detuviera frente a él, que fuera el maldito que se le había escapado... quizás ella, o un paco... o cualquiera ¡Quién sabe!, el miedo y la fiebre y el dolor son alucinógenos de temer. Caminó por San Antonio y a pocas cuadras de la Alameda se internó en una galería... la misma donde se escapaban con su compadre, a ver películas porno en el cine 3x1. Se acercó a la ventanilla y sin mirar a la cajera pagó su entrada. Buscó a tientas en la oscuridad el asiento de más atrás., el mismo olor a sudor y sexo de siempre, un borracho en primera fila, dos o tres junior escapados de la oficina, un jubilado y más atrás una figura femenina que no distinguió en detalle. Se acomodó despacio, en pantalla, una rubia madura, de labios gruesos, ojos maquilladísimos y costillas a la vista ofrecía un saliboso y sonoro fellatio a su coestrella, un tipo latino, musculoso, con cara de "nada". Con cuidado de no hacer ruido sacó de la bolsa un trozo de algodón y lo empapó con alcohol, levantó con cuidado su camisa, en la penumbra pudo observar como su herida, pulcramente suturada, se había convertido en una masa brillante, que palpitaba y parecía lista para estallar; En un extremo, tal como lo había sentido en el parque, uno de los puntos había cedido y una inmensa gota blanquecina asomaba endurecida por la espera. Intentó tocarse, dolió, estaba caliente... Esperó unos momentos, la rubia.... que no era tal, estaba de rodillas y junto al latino realizaban una demostración perfecta del tradicional doggy style, esperó un poco más, el final de la esena se acercaba, los "contrincantes" comenzaron a gemir más fuerte. partió el algodón en dos y con un pedazo en cada mano empezó, de afuera hacia adentro, a apretar la herida.
- Un primer plano al rostro de la rubia, que con la boca muy abierta gemía acompasadamente. -
La costra blanquecina cedió y una nueva comenzó a aparecer... se mordió los labios...
- El latino comenzó a emitir un sonido gutural mientras miraba hacia arriba y fruncía el ceño, apurando sus embestidas.-
El dolor le llenó los ojos de lágrimas, comenzó a sentir náuseas pero, hombre decidido, siguió apretando....
- Close up genital, un ritmo endemoniado, gemidos vestidos de gruñido. -
De pronto, en la cúspide del dolor y perdido entre los gritos sexuales en pantalla, un grito ahogado y el estallido de un segundo punto en la herida dieron rienda suelta a una interminable supuración espesa, horrible, abundante y tibia, que saltó hasta manchar el respaldo de la butaca anterior, que ensució sus pantalones y quedó en su ombligo como huella viscosa de un dolor que contrajo los dedos de sus pies, que apretó los dientes contra sus labios hasta hacerlos sangrar y que empapó en sudor, una vez más, toda su espalda.
En la pantalla, un orgasmo torrentoso había dado paso a abrazos desabridos y besos simulados, la rubia, había prendido un cigarro.

Comments:
increible comooo siempreeee

plenu, q maravilla, haces q vuele la imaginacion!!!

un saludote desde mexicoo ajua!
 
Iukkkk! QUe manera de describir la escena, mira que me dio mucho asco... es que yo con las heridas me da no se qué, que hasta se me pasó de vista la película porno :)
 
Bien Plenu. Aunque me pasa que es un cuento inconcluso. Porque creo que está muy bien escrito y que deberías continuarlo. Quedo con ganas de seguir leyendo. Te animo a una segunda parte.
 
Se comprueba con esto que los gritos pueden ser por dolor y por gusto....
Un saludo desde Canada hasta Chile.
 
su herida expulsó la materia justo en el minuto que el amante porno expulsó su líquido. muy bien!!!! muy bien las conecciones. Sobretodo el placer del alivo por su dolor y el placer luego del orgasmo, es casi perfecto y parecido...
salud
clo
 
wow, memorable, no sé que mas decir.
 
Bellota, gracias por venir siempre y empujarme a escribir más seguido... soy un poquito flojo.
Marcela, perdón, claramente es un relato complejo en términos de firmeza estomacal, pero creo que está tratado con delicadeza... ¿o no?.
Lino, efectivamente es un cuento inconcluso, que además está precedido por los post: "Promesa", "Promesa cumplida" y "promesa fallida". La secuencia no es muy obvia ni clara pero me negué rotundamente a usar el clásico "Promesa I", "Promesa II" o quizás algo así como "Promesa.. el regreso".
Raquel, estás en lo cierto, el grito como forma de expresión es bastante útil por su flexibilidad, personalmente prefiero gritar de placer... aunque en realidad no soy muy gritón..... ¿y tú?, jeje.
Tempore, gracias por venir a verme, debes saber que te visito constantemente y eres más flojita que yo para escribir.... si, es un tirón de orejitas.Aún asi, sigo pasando por tu casa.
 
Wow esto si que es fuerte!,buen cuento!!,me atrapaste de principio a fin.
Un abrazo y a ver si te encuentro en la costanera...
 
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Tu relato tal como lo leo, pero sin tres o cuatro frases que están de más, es lo mejor que has escrito desde que te conozco. Incluso sin la primera o la segunda que insistes en no nombrar como I y II. Yo lo dejaría así. Lo inconcluso es real.
 
Plenu, esta parte es la que más me ha gustado de todas, valió la pena la espera. Sólo puedo decirte que me estremecí varias veces, y que el acompasamiento entre la escena porno (muy bien descrita)y el dolor del tipo, es un recurso genial de paralelismo. Nada como un cine porno para esa escena, de verdad me gustó mucho, por favor prosigue...Saludos.
 
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