La cómoda pieza del loco.

Mis abuelos se escandalizaron cuando aparecieron las chaquetas de cuero, las motonetas y el rock and roll. Las faldas plizadas se levantaban demasiado con los giros del baile, dejando a la vista pantorrillas, muslos y aveces algo más. ¿Cómo era posible que las señoritas abandonaran el taco, los guantes y el sombrero para reemplazarlos por calcetines, cola de caballo y blusas tan, pero tan ajustadas?. Si la gomina era para mantener el pelo atrás ¿Por qué los jóvenes se dejaban ese ridículo mechón para adelante?. El ruido infernal de unas guitarras que no eran tal, que podían electrocutar a esos pseudo músicos era una falta de respeto para los boleros.

Los años silenciaron la voz de mis abuelos y elevaron la de mis padres cuando los cultores del glam aparecieron en escena con sus rostros pintados, pelos escarmenados y ritmos en cuatro cuartos que, a su juicio, eran imposibles de bailar... ¡Tropa de maricas!, ¿¡¡Qué chillidos son esos!?. la alternativa era el rap.... ¿Qué?, eso que no es canción???, esa música que no tiene melodía???.

Los años otra vez silenciaron sus voces y aquí estoy. Abandoné algunas radios que hasta hace poco eran intransables y me encontré evitando algunos ritmos electrónicos (no todos) bajo el argumento de preferir la música más cruda y menos tecnológica. varias veces me he reído de algunos quinceañeros que andan con los pantalones " a medio poto"... ¿Cómo caminan?. Por ahora, sin embargo, sigo siendo tolerante y respetuoso de las alternativas, opciones y modas contemporáneas pero, los años, los apurados años. hace rato que nadie me dice "Hey flaco", ahora me dicen señor, ya pasé la primera verguenza por mencionar a Miguel Mateos a una niña que se quedó para da y silenciosa, con una cara de pregunta impresionante.

Espero tener hijos pronto, me juré ser un padre moderno, reflexivo y dispuesto a escuchar antes de opinar pero.... ¿Con qué novedad me irán a salir?.

Lo dirán los años.